AceValtazar
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- Apr 14, 2021
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El otro día, por curiosidad, me encontraba visitando los foros anglosajones de JoS y entre ellos vi que tocaban el tema de la marihuana y el porqué no se debería de consumir dicha sustancia. Me senté a leer un buen rato las opiniones, experiencias y posiciones de los demás miembros de la legión respecto al tema y desde entonces lo he ido pensando dos veces en hacer un post sobre el cannabis dado que ha sido una tendencia en los últimos años (tanto en lo social como en lo económico).
Finalmente con el ánimo de dar un aporte a la comunidad, me decidí a hacerlo.
Quiero aclarar que lo que diré a continuación, como dice el título, será basándome en mi experiencia personal, por lo tanto, no es una verdad absoluta y que pueden existir diversas opiniones respecto al tema.
Dicho esto, empiezo por decir mi situación. La primera vez que empecé a fumar fue a los 17 años (actualmente tengo 21). Empecé con los cigarrillos motivado por muchos factores que rodeaban mi vida en ese entonces: depresión, ansiedad, estrés y un toque de misantropía. Mi relación con mis familiares no estaba pasando por un mejor momento, y mucho menos mi rendimiento académico que poco a poco iba en picada en mi primer año de universidad. En ése entonces buscaba soltar mi lado más rebelde (me reprimí muchísimo en mi paso por la secundaria) y si bien aún no empezaba a fumar, poco a poco me fui influenciando ya sea mediante las películas (como Constantine en donde el protagonista fumaba a cada rato) o viendo a mis compañeros y hasta profesores fumar y relajarse.
Aprovechando que mi apariencia me hacía ver como alguien mayor de edad me animé a probar el tabaco, no fue tan difícil puesto que a las afueras de la U, siempre había una fila de kioscos donde nunca me pusieron restricción alguna. Permanecí así hasta el 2018, cuando un compañero me dio de probar un porro de marihuana-THC por primera vez, sin embargo, no sentí absolutamente nada porque solo me dieron la "pata" (la colilla del porro por así decirlo). Fue en el 2019 donde ya mediante otro compañero con quien ya nos considerábamos muy buenos amigos, me dio a probar un porro completo. Yo me encontraba inseguro de probarlo o no, sin embargo, ya tenía otro problema encima: problemas para dormir. Mis horarios no me permitían tomar un sueño adecuado y sumado a los otros problemas que tenía, tomé la decisión de volverme marihuano y para asegurarme de no tener problemas con la universidad, me limité a fumar de noche.
Los primeros meses fueron "excitantes". Bajo los efectos de la marihuana-THC, sentí como si mi cuerpo pasara a un estado hedonista cuando consumía alimentos y bebidas, escuchaba música e incluso cuando conversaba con mis amigos sobre temas filosóficos, el placer era intenso. Podía dormir mejor, me estresaba menos, ya no me molestaba tanto con cualquier cosa que hicieran mis familiares, y la sensación de que el tiempo fuera en cámara lenta era algo de locos.
Sin embargo, a las 2 semanas empecé a sufrir por la yerba. Al amanecer, sentía unos dolores de cabeza como si me estuviesen apretando hacia adentro. Como vivía solo en ese tiempo, me daban lo semanal para sostenerme, entonces al comprar yerba para luego fumármela, cuando quería ver ya me había gastado una cantidad considerable en comida y bebidas( me abría mucho el apetito y la sed) en un sólo día. A veces fumaba antes de tener alguna clase en la tarde, y cuando iba caminando sentía como si la gravedad me empujase hacia el suelo, lo cual era bastante incómodo. Lo que me colmó la paciencia fue cuando acompañaba a mis amigos que me vendían la yerba junto con otros conocidos de ellos.
Algunos vendían cocaína, otros éxtasis y/u hongos alucinógenos. No todos eran muy amistosos y me terminaban por sacarme de onda. Recuerdo probar dos veces la cocaína pero después de la segunda vez, cuando nos fuimos en un taxi, mi amigo quien iba de copiloto le gritó, y el tipo ofendido, nos botó en la principal. Furioso me fui caminando alrededor de las 10 pm a mi casa. Las calles eran muy oscuras y peligrosas así que ya se imaginarán la paranoia que sufrí.
Días después me puse a reflexionar lo ocurrido y me di cuenta de algo que no se dice mucho del THC: Aumenta las probabilidades de ser sugestionado por el entorno en donde se esté. A mi me pasó que al mes de conocer a mis amigos, me di cuenta de que eran comunistas. Al principio no le daba importancia ya que la política para mí era algo que me daba igual. Pero con el tiempo, bajo los efectos de la yerba-THC, empecé a aceptar sus ideas como verdades absolutas cuando nunca debió de haber sido así. Lo anterior lo entendí mejor cuando regresé a mi ciudad natal donde el sindicalismo es muy predominante. Me dió mucho asco ver que la ciudad no prosperaba por culpa de la corrupción imperante en ella. Pensando un poco en mí, en el 2020 decidí cambiarme de universidad para empezar nuevamente de cero. Desde entonces, llevo más de 1 año sin fumar THC.
Ahora, en cuanto al CBD que es el otro componente del cannabis que es considerado medicinal, lo probé meses atrás en gotas al momento de dormir cuando me sentía bastante agotado por los exámenes y trabajos que tenía. A diferencia del THC, nunca experimenté defectos que me perjudicaran mucho a excepción de despertar con mucho sueño al amanecer (tiene un efecto somnífero muy marcado).
Ahora en relación al satanismo espiritual, tanto el THC como el CBD, pueden interferir negativamente en la meditación ya que la entorpece considerablemente al no estar "en los 5 sentidos" por decirlo de alguna forma. En cuanto a si se debe legalizar o no, prefiero no entrar en debate ya que de un lado u otro, hay consecuencias. Aquí en mi país, el CBD es legal pero el THC no. Tengo entendido que el tema de la legalización supuestamente se debe más a que los ingresos que eso conlleva se vean reflejados más hacia las empresas y no a las mafias, pero las intenciones reales no las conozco todavía.
Para concluir ya con el post, en medio de mis reflexiones en cuanto a todo el tema del cannabis (y de paso a cualquier otra adicción), es que uno debe buscar la tranquilidad y la felicidad sin llegar a necesitar de un factor externo para lograrlo. Al fin y cabo, drogado o no, los problemas siempre van a seguir existiendo y es mejor desarrollar la capacidad para poder solventarlos sin llegar a hundirse más en el abismo como sí les ha pasado a muchas personas que se adentraron al vacío. El único caso excepcional al que yo recomendaría a alguien el uso de la marihuana, sería a quienes tengan alguna enfermedad como la epilepsia y otros malestares nerviosos o musculares.(Solo recomendaría el CBD).
PD: Pido disculpas si el post se me hizo muy largo, quería que todo fuese un aporte completo para la legión respecto a este tema.
Finalmente con el ánimo de dar un aporte a la comunidad, me decidí a hacerlo.
Quiero aclarar que lo que diré a continuación, como dice el título, será basándome en mi experiencia personal, por lo tanto, no es una verdad absoluta y que pueden existir diversas opiniones respecto al tema.
Dicho esto, empiezo por decir mi situación. La primera vez que empecé a fumar fue a los 17 años (actualmente tengo 21). Empecé con los cigarrillos motivado por muchos factores que rodeaban mi vida en ese entonces: depresión, ansiedad, estrés y un toque de misantropía. Mi relación con mis familiares no estaba pasando por un mejor momento, y mucho menos mi rendimiento académico que poco a poco iba en picada en mi primer año de universidad. En ése entonces buscaba soltar mi lado más rebelde (me reprimí muchísimo en mi paso por la secundaria) y si bien aún no empezaba a fumar, poco a poco me fui influenciando ya sea mediante las películas (como Constantine en donde el protagonista fumaba a cada rato) o viendo a mis compañeros y hasta profesores fumar y relajarse.
Aprovechando que mi apariencia me hacía ver como alguien mayor de edad me animé a probar el tabaco, no fue tan difícil puesto que a las afueras de la U, siempre había una fila de kioscos donde nunca me pusieron restricción alguna. Permanecí así hasta el 2018, cuando un compañero me dio de probar un porro de marihuana-THC por primera vez, sin embargo, no sentí absolutamente nada porque solo me dieron la "pata" (la colilla del porro por así decirlo). Fue en el 2019 donde ya mediante otro compañero con quien ya nos considerábamos muy buenos amigos, me dio a probar un porro completo. Yo me encontraba inseguro de probarlo o no, sin embargo, ya tenía otro problema encima: problemas para dormir. Mis horarios no me permitían tomar un sueño adecuado y sumado a los otros problemas que tenía, tomé la decisión de volverme marihuano y para asegurarme de no tener problemas con la universidad, me limité a fumar de noche.
Los primeros meses fueron "excitantes". Bajo los efectos de la marihuana-THC, sentí como si mi cuerpo pasara a un estado hedonista cuando consumía alimentos y bebidas, escuchaba música e incluso cuando conversaba con mis amigos sobre temas filosóficos, el placer era intenso. Podía dormir mejor, me estresaba menos, ya no me molestaba tanto con cualquier cosa que hicieran mis familiares, y la sensación de que el tiempo fuera en cámara lenta era algo de locos.
Sin embargo, a las 2 semanas empecé a sufrir por la yerba. Al amanecer, sentía unos dolores de cabeza como si me estuviesen apretando hacia adentro. Como vivía solo en ese tiempo, me daban lo semanal para sostenerme, entonces al comprar yerba para luego fumármela, cuando quería ver ya me había gastado una cantidad considerable en comida y bebidas( me abría mucho el apetito y la sed) en un sólo día. A veces fumaba antes de tener alguna clase en la tarde, y cuando iba caminando sentía como si la gravedad me empujase hacia el suelo, lo cual era bastante incómodo. Lo que me colmó la paciencia fue cuando acompañaba a mis amigos que me vendían la yerba junto con otros conocidos de ellos.
Algunos vendían cocaína, otros éxtasis y/u hongos alucinógenos. No todos eran muy amistosos y me terminaban por sacarme de onda. Recuerdo probar dos veces la cocaína pero después de la segunda vez, cuando nos fuimos en un taxi, mi amigo quien iba de copiloto le gritó, y el tipo ofendido, nos botó en la principal. Furioso me fui caminando alrededor de las 10 pm a mi casa. Las calles eran muy oscuras y peligrosas así que ya se imaginarán la paranoia que sufrí.
Días después me puse a reflexionar lo ocurrido y me di cuenta de algo que no se dice mucho del THC: Aumenta las probabilidades de ser sugestionado por el entorno en donde se esté. A mi me pasó que al mes de conocer a mis amigos, me di cuenta de que eran comunistas. Al principio no le daba importancia ya que la política para mí era algo que me daba igual. Pero con el tiempo, bajo los efectos de la yerba-THC, empecé a aceptar sus ideas como verdades absolutas cuando nunca debió de haber sido así. Lo anterior lo entendí mejor cuando regresé a mi ciudad natal donde el sindicalismo es muy predominante. Me dió mucho asco ver que la ciudad no prosperaba por culpa de la corrupción imperante en ella. Pensando un poco en mí, en el 2020 decidí cambiarme de universidad para empezar nuevamente de cero. Desde entonces, llevo más de 1 año sin fumar THC.
Ahora, en cuanto al CBD que es el otro componente del cannabis que es considerado medicinal, lo probé meses atrás en gotas al momento de dormir cuando me sentía bastante agotado por los exámenes y trabajos que tenía. A diferencia del THC, nunca experimenté defectos que me perjudicaran mucho a excepción de despertar con mucho sueño al amanecer (tiene un efecto somnífero muy marcado).
Ahora en relación al satanismo espiritual, tanto el THC como el CBD, pueden interferir negativamente en la meditación ya que la entorpece considerablemente al no estar "en los 5 sentidos" por decirlo de alguna forma. En cuanto a si se debe legalizar o no, prefiero no entrar en debate ya que de un lado u otro, hay consecuencias. Aquí en mi país, el CBD es legal pero el THC no. Tengo entendido que el tema de la legalización supuestamente se debe más a que los ingresos que eso conlleva se vean reflejados más hacia las empresas y no a las mafias, pero las intenciones reales no las conozco todavía.
Para concluir ya con el post, en medio de mis reflexiones en cuanto a todo el tema del cannabis (y de paso a cualquier otra adicción), es que uno debe buscar la tranquilidad y la felicidad sin llegar a necesitar de un factor externo para lograrlo. Al fin y cabo, drogado o no, los problemas siempre van a seguir existiendo y es mejor desarrollar la capacidad para poder solventarlos sin llegar a hundirse más en el abismo como sí les ha pasado a muchas personas que se adentraron al vacío. El único caso excepcional al que yo recomendaría a alguien el uso de la marihuana, sería a quienes tengan alguna enfermedad como la epilepsia y otros malestares nerviosos o musculares.(Solo recomendaría el CBD).
PD: Pido disculpas si el post se me hizo muy largo, quería que todo fuese un aporte completo para la legión respecto a este tema.